QUÉ VER

 

Los Amanaderos

El paraje natural más característico y admirado de Riodeva son Los Amanaderos. Se trata de un conjunto de saltos de agua de distintas alturas y características geológicas y geomorfológicas. En poco más de 1.500 metros de recorrido montañoso el río Riodeva desciende 500 metros desde Los Amanaderos hasta su desembocadura en el río Turia. A su paso dibuja entre los terrenos de rodeno y pizarra espectaculares saltos que van desde los 10 metros hasta los 48 como el “Salto de la Yegüa o la Cascada de las Ninfas.

Titania (Dinópolis)

Titania es una de las sedes de Dinópolis y tiene como tema principal el gigantismo.  En su interior se puede admirar una reproducción a tamaño natural de la mitad anterior del esqueleto de Turiasaurus, incluyendo la de su cráneo. Encuentra más información sobre Titania en el apartado de paleontología.

Molino Montereta

A su paso, el Río Riodeva forma piscinas naturales en las que poder disfrutar de un baño durante los meses de verano.  Estas se encuentran cercanas al «Molino de Montereta» convertido actualmente en el Centro de Interpretación del Río Eva y Los Amanaderos (CIREA).

Parque Natural de la Puebla de San Miguel

Desde el municipio se puede observar el pico llamado «Peña del Águila», donde se encuentra la zona de mayor explotación minera. Por su base discurre  la Ruta Geológica del Parque Natural de la Puebla de San Miguel. Se trata de un itinerario a través del cual se puede contemplar la riqueza geológica de la zona. A través de paneles informativos, se puede observar los distintos elementos geológicos que han quedado expuestos por la actividad minera.

Casas de Altamira

Cruzando el río Riodeva, en dirección Más del Olmo, se pueden visitar las Casas de Altamira, un lugar despoblado perteneciente al término de Ademuz desde el cual se pueden ver restos de antiguas fortificaciones y cerámica de superficie y arrastre compatible con la existencia de un castro celtíbero.

Minas de Libros

Entre Libros y Riodeva podrás conocer Las Minas de Azufre de Libros. Se trata de una joya que se encuentra escondida bajo las antiguas casas de los mineros que trabajaron a pleno rendimiento hasta comienzos de la Segunda Guerra Mundial. Lo que hace especial a este pueblo abandonado es que ha vuelto a tener vida gracias  a Julián Martínez Vialanait, vecino del Rincón de Ademuz que ha vuelto a llenar de color y recuerdo las casas de los mineros recuperando las pequeñas cuevas.